HA LLEGADO LA NAVIDAD A MI CASA!

 

Como bien sabéis, aunque el blog está dedicado única y exclusivamente a la cocina, de vez en cuando os pongo alguna entrada de algún viaje o alguna actividad que nos ha gustado mucho y he decidido compartir con todos vosotros/as. Esta vez no se trata de un viaje, porque a fin de cuentas, el Montseny lo tenemos a un tiro de piedra de casa y sólo hemos ido a pasar el día, pero es que con esta salida inauguramos en casa la época navideña. Y es que todos los años en este "puente" vamos a dicho parque natural a pasar el día. Siempre hacemos lo mismo. Primero paramos en una zona dónde hay muchos madroños, de ahí la primera y la segunda foto.

 Ya veis que este año ha sido muy provechoso, había tantos que el suelo era prácticamente una alfombra de madroños. Cómo no, hemos cogido bastantes. Algunos para comerlos por el camino y otros... pues al final han sido para los gallos de mi suegra que en un visto y no visto los han devorado.
Lo bueno que tiene el que haya tantos, es que de repente te encuentras con una parejita de madroños en un arbusto medio seco, con lo que aun realzan más su color y te permiten sacar una foto decentilla:

 

 

 

A todo esto, Gorka para arriba y para abajo. Ahora cogiendo madroños, ahora unas minicañas como decía él, aunque lo que veíamos los adultos era un manojo de hierbajos. Eso si, desdentado pero FELIZ! jajaja

 



 

 

Es bastante habitual que el Montseny te sorprenda. Los colores de otoño son espectaculares y la luz juega a hacer sombras y hacer que el paisaje nos parezca mucho más bonito si cabe.

 

 

 

Pero tenemos que seguir la ruta, que si no no vamos en hora y luego todo se atrasa. De los madroños nos vamos a las hojas. Pasando de Santa Fe del Montseny, hay un desvío a la derecha al lado de lo que parece una casa de colonias aunque no tengo claro si lo es. En ese desvío te metes dentro de un hayedo precioso.

 

Entre los árboles se puede ver la nieve del pre-Pirineo... seguro que mucha gente estará disfrutando de las pistas de esquí!.

 



 

 

Por norma general, como estamos en un otoño muy avanzado, las hojas de las hayas se han caído. Este año es diferente. El verano se alargó y muchos árboles aun las mantienen en sus ramas. Claro que el contraste del azul del cielo y los amarillos, ocres y dorados de los árboles era espectacular.

 



 

 

Pero a "las hojas" no se va para contemplar los tonos dorados y el paisaje bucólico. No! Se va a dejarse caer sobre ellas y hundirte. A tirarlas los unos a los otros y acabar llenitos de trocitos diminutos de hojas que hacen que te pique el cuello, la espalda y todo el cuerpo. Y sobretodo a echar unas risas con el peque de la casa y a hacerle entender que esto sólo acaba de empezar.

A estas alturas ya hemos cogido unos cuantos palos para hacer alguna decoración navideña. Piñas, algún trocito de corcho y hasta un poquito de musgo para poner en el pesebre... Ya es Navidad!!!

 



 

Y aunque no os ponga la foto, la comida ha sido como siempre fantástica. Para todos los que paseéis por el Montseny, pasado Viladrau, hay un restaurante en la carretera que se llama "El Molí de la Barita". El menú varía poco, por no decir nada, pero está tan bueno y es un sitio tan acogedor que no podemos dejar de ir año tras año, es parte de la tradición!
Y para acabar el día, que os parece un paseo por la "Fira de l'Avet d'Espinelves"? Es un pueblito precioso que en estas fechas se llena de abetos y de gente loca por empezar a notar ese espíritu navideño del que todo el mundo habla. Eso si, abrigaros porque hace mucho frío!