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miércoles, 17 de julio de 2013

SAN FERMIN


Verdad que no os importa que hoy no ponga receta? Sabéis que disfruto muchísimo en la cocina y que cuando por cuestión de dietas o de viajes no me meto a hacer cualquier tontería la echo de menos. Pues la relación con los san fermines es algo parecida. Si, si, son en julio y no puedo estar echándolos de menos durante todo el año, eso es evidente. Pero es que desde que me quedé embarazada de Gorka que no iba y ya no es que los echara de menos... Es que tenía el mono!!!!
Así que después de varias deliberaciones/ discusiones y preguntas por parte de mi marido como: Pero tú, de verdad quieres ir?- Y yo volverme loca, decidimos que íbamos. Gorka también quería ir y ya le había dicho a su padre: Ja! pues tú te quedas y nos vamos la mama y yo!
Decidimos que para él tenía que ser una sorpresa. Me inventé la historia de que teníamos que ir a ver un apartamento que nos dejan y que nos iba a llevar mi hermana con la autocaravana porque ella se volvía a Pamplona después de haber traído a un par de amigos. Y que el domingo nos recogería.
No es que le hiciera demasiada gracia, pero coló.
Cuando paramos en una gasolinera para hacer cambio de conductor, preparé toda su ropa y le cante eso de: A Pamplona hemos de ir...


Hace falta que os diga algo más??? La cara de sorpresa total y sólo atinaba a decir: No os creo! No os creo! Le vestimos, y entonces empezó a creérselo:


A la mañana siguiente, y ya totalmente convencido de que estábamos en Pamplona, porque la gente iba vestida de pamplonica, fuimos a ver el encierro a la plaza.
Nos recibió la pamplonesa, que ya en el coso, estaban amenizando la espera con su archiconocido repertorio: No te vayas de navarra, el riau- riau y como no los clavelitos, que toda la plaza corea y aplaude.


Para los que nunca habéis estado, tengo que haceros un par de apuntes. Los san fermines están repletos de rituales, tanto para los corredores del encierro como para los que lo vemos desde la plaza, los espectadores de la corrida de toros (más los de sol que van de fiesta más que para ver el toreo), para atarse el pañuelico o un sinfín de cosas más. Podría decirse que el cantar los clavelitos antes del encierro es uno de ellos. Otro es irse a almorzar justo después de ver las vaquillas que sueltan en la plaza tras el encierro.


Aunque apenas se ve, el plato que tenía mi marido delante era de huevos con chistorra. El mío era ajoarriero. Y es que los almuerzos sanfermineros no son un café con leche y una pasta, no! se puede elegir desde un estofado de toro hasta unas magras con tomate.

Los niños tienen su particular San Fermín, que aunque la gente crea que esta fiesta sólo trata de toros, hay muchas actividades para hacer. Para todas las edades y gustos.


Aquí Gorka con uno de los cabezudos. En Pamplona hay otros cabezudos a los que llaman kilikis y que van dando porrazos a los niños con una esponja. A él no le hicieron mucha gracia y tuvimos que irnos a los de siempre...

Se que muchos estaréis en contra de lo que hicimos por la tarde. No voy a opinar al respecto. Creo que cada uno puede tener sus gustos y sus preferencias, y sí, yo también creo que es maltrato animal y preferiría que hubiera una formula para no maltratarlo y que a la vez la gente disfrutara, pero de momento esto es lo que hay. Y aunque reconozco que en ningún otro sitio hubiera ido a una corrida de toros, en Pamplona fui. Y no para ver a los toreros ni la faena que hacían, ni para disfrutar con el sufrimiento del toro. Fui a sol a disfrutar de una tarde inolvidable de fiesta. En la que la sangría corrió a raudales y literalmente, porque además de beberla, nos la íbamos pasando de unos a otros por diferentes medios: pistolas de agua (que esta vez no eran de agua, si no de sangria), a vasazos y al final hasta con los cubos. La hora de la merienda llegó en el momento oportuno, un poco más tarde y no se que hubiera sido de mi, y como de todos es conocida la hospitalidad de los navarros, pese a que nosotros llevábamos unos bocadillos de magras con tomate, nos ofrecieron macarrones, sorbete de cava, y creo que un estofado que no llegamos a ver, porque se salieron a los pasillos a comérselo. A nuestro lado circulaba lasaña y bandejas de pastas, y en los pasillos de la plaza, las barbacoas iba a mil por hora!!!! Esto es Pamplona, y esto es una corrida de toros en San Fermín. Cantamos, bailamos, nos tiramos el vino y nos achispamos y cuando llegó el sexto toro y nos preguntábamos como podía ser que la tarde se hubiera pasado tan rápida, mi primo apareció diciendo si era el séptimo o el octavo... Ufffff!!! Pues yo no voy tan mal!!!! jajajaja


Después del torico de fuego, de cartón-piedra evidentemente, y de un castillo de fuegos fantástico, estábamos absolutamente derrotados, tanto que Gorka se quedaba dormido masticando, y eso que él había estado con su yaya y mi prima en casa hasta que vinieron a buscarnos a la salida de la plaza.

Pero había que volver a madrugar, y después de dormir apenas cuatro horas, volvíamos a estar en la plaza dispuestos a ver el séptimo encierro. La foto que os dejo es de las vaquillas del octavo. Después del séptimo no nos quedó cuerpo para hacer fotos. Fue el del montón en la plaza de toros y nosotros estábamos justo enfrente del callejón. Fueron unos minutos angustiosos. Me temblaba entera y se me escapó alguna lagrimilla. Y más cuando vimos pasar a tres mozos totalmente desvanecidos. En la plaza sólo se oían: Ay, ay, ay, ay, ay! Las bromas se acabaron y se podían palpar los nervios contenidos de todos. Ojalá no vuelva a pasar! Por suerte, y aunque no soy creyente, el capotico de San Fermín hizo de las suyas. Los toros no envistieron y los que peor parados salieron fueron un par de mozos que entraron a la enfermería con síndrome de asfixia, pero que desde ayer están en planta y parece que todo va a salir bien.
Y la fiesta sigue:

 Os he hecho un zoom para que veáis qué es lo que pasa. Los mozos se sientan justo delante del toril, y cuando sale la vaca, los salta.
Para los que hemos estado en la plaza desde las 7 de la mañana, o antes, esto es como un premio. Te ríes mucho, de ver como la vaquilla coge a los mozos, la mayoría de ellos porque no saben de que va y hacen cosas impensables e irresponsables como llevar un teléfono móvil o una cámara intentando grabar. Los hay que se quedan en calzoncillos después del revolcón y los hay que después de que toda la plaza los corea, se vuelven a poner delante para pocos minutos después recibir otra voltereta. A lo que acto seguido, se oye a toda la plaza eso de: Tooooonto, tooooonto!!! Y es que en el fondo son un poco "cabritos"


Como os decía antes San Fermín no es sólo toros. Una parte muy importante de la fiesta está en la comida, los almuerzos y la merienda, y como no, los pintxos del mediodía. Estafeta, Mercaderes y San Nicolás, son calles por las que podéis daros un atracón de pintxos y hacer un vermut de lo más "colesterólico".
 Creo que os he dejado una buena pincelada de lo que son los San Fermines. Sólo me queda cantar el pobre de mi, porque ya se han acabado, pero recordad: Ya falta menos para San Fermín del 2014!!!!!

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