El 10 de mayo fue el cumpleaños de mi marido. Este año pasamos de celebraciones y nos fuimos a Girona a ver "Girona temps de flors" y luego a comer a Besalú, un pueblecito medieval precioso al que solemos ir a comer cada vez que andamos por aquella zona.
Pero no lo iba a dejar sin pastelito... Así que cuando me dijo que iba a invitar a algo a sus compañeros de trabajo, le dije: Ni hablar! Yo te hago un pastel y te lo llevas. Eso si, ni se te ocurra no guardarme un trozo para probarlo!!!
Cómo me iba a quedar yo sin probar el pastel? Si no lo probaba, cómo os iba a decir si estaba bueno o no, si era cremoso, duro, dulce o perfecto?
Y siiiii, me trajo un trocito! Y cuando me lo estaba comiendo va y me dice: Te lo vas a comer todo? Podías dejarme un poco... Tendrá cara! se había comido dos trozos en el trabajo y me pedía más!!! Mmmm! Eso es señal de que le había gustado!!!!
Tiene una textura suave, aparentemente es un bizcocho pero cuando lo comes descubres con gran placer una delicada tarta de queso que se funde en la boca. No me extraña que todos lo compañeros de Alberto le dijeran que estaba bueno y que me felicitara... y tampoco que él quisiera volver a comer otro trozo!!!
Ingredientes:
- 250g de queso mascarpone (buf! yo me lo comería a cucharadas!)
- 200g de queso philadelphia (éste me lo como en tostadas con mermelada de naranja)
- 55g de mantequilla
- 6 huevos medianos
- 120g de azúcar
- 60g de harina de repostería
- 20g de maicena
- 1 sobre blanco de gasificante (de los de Mercadona de las gaseosas)
- Zumo de limón, como una cucharada pero depende de si queréis que sepa más o menos a limón
- La ralladura de la piel de 1 limón grande
- 1 pizca de sal
En un cazo a fuego bajo, ponemos los quesos, el azúcar, la mantequilla y la leche. Calentamos removiendo hasta que tengamos una crema homogénea. Dejamos que se enfríe.
Separamos las yemas de las claras.
Montamos las claras a punto de nieve añadiéndoles el sobre de gasificante y la pizca de sal.
Añadimos las yemas, el zumo de limón y la ralladura, la harina y la maicena tamizadas a la mezcla de quesos. A continuación agregamos las claras con mucho cuidado y con movimientos envolventes para que no se bajen.
Lo ponemos en un molde engrasado (bien con mantequilla, bien con la grasa en spray que podemos comprar en tiendas especializadas) y lo llevamos al horno, precalentado a 150º, con calor arriba y abajo y sin aire.
Al tener una temperatura baja, la cocción es lenta, así que deberéis tenerlo en el horno 1h 15min más o menos. Recordad el truco de pinchar con una aguja y mirar si sale limpia para comprobar que está hecho.
Cuando esté cocido, apagamos el horno, dejamos la puerta entreabierta y dejamos que se enfríe así.
Desmoldamos cuando esté totalmente frío y espolvoreamos con azúcar glasé, o decoramos con unos hilillos de chocolate deshecho en el microondas (os vais a reír, pero yo usé una jeringa gorda para hacer las decoraciones)
Notas:
Después de haberos reído con mi manera de decorar, os diré que no me podía esmerar más.
Lo suyo es que repose durante toda la noche en la nevera. Entonces se decora y queda preciosísimo. Pero Alberto se lo llevó a las 6:00 am y no era plan de que yo me levantara a decorarlo antes!
En serio, el pastel es mucho mejor si ha reposado en la nevera unas cuantas horas.
La receta original la saqué de Uno de dos
Os dejo la foto que le hizo mi marido con el móvil para enseñarme como parecía un bizcocho por dentro.
Le tengo unas ganas tremendas a este pastel, a mí si me gusta la decoración con el chocolate por encima, bien rico que debía estar.
ResponderEliminarBesos
Natalia, no lo dudes y hazlo. Es muy sencillo y está muy bueno.
EliminarGracias por lo de la decoración!!
Besotes!
Me ha parecido alucinatemente bueno!! Qué pinta y que maravilloso se ve por dentro. A mi hija le encantaría, es una loca de las tartas con queso, le gustan todas.
ResponderEliminarY a ti menos mal que tu marido te dejo un trozo, pero casi por los pelos, jajaja!!!
Un beso